Los opositores y los judíos perseguidos por los nazis en Alemania y en Europa del este intentaron encontrar una tierra de asilo. En este contexto europeo xenófobo y antisemita, se convocó a una conferencia internacional en Evian, Francia, para responder al problema de los refugiados.
Evian, la indiferencia del mundo
Con delegaciones de 32 países, incluida Argentina como participante observador, se reunieron en
Evian entre el 6 y 15 de Julio de 1938. La Unión Soviética no envió representantes. La Italia de Mussolini se negó a participar mientras que los países del Europa del Este, con mayor población judía, sólo enviaron observadores.
Convocada para hallar una solución frente a los pedidos masivos de los perseguidos en Alemania y en Europa oriental, la conferencia de Evian concluyó con un comunicado donde los países se negaban a recibir refugiados judíos expulsados de Alemania y que por consiguiente no se interferiría en las políticas persecutorias del régimen nazi.
El delegado argentino Tomás Le Bretón argumentó que al ser Argentina un país agrario ya no tenía lugar para inmigrantes en los sectores urbano e industrial. Cuatro días más tarde se promulgaba una circular que decía que no se podían otorgar visas a la Argentina a personas que hubiesen sido expulsados de su país por sus ideas políticas u origen racial.
La aniquilación de los judíos no fue sólo producto de la barbarie nazi sino también del silencio y la indiferencia del mundo. Se iniciaba así el plan de exterminio de todos los judíos a toda velocidad.