La inclusión en conductas cotidianas

Algunos ejemplos cotidianos en los que se manifiesta la exclusión en el aula o en la escuela:

  • Hay compañeros con quienes nadie habla ni juega en los recreos.No son invitados a cumpleaños ni a fiestas

  • No son elegidos para compartir carpas o habitaciones en excursiones o viajes

  • No son elegidos para trabajar en grupos de presentación de trabajos.

  • Nadie se preocupa por ellos si no concurren a clase ni se interesan por facilitarle lo trabajado.

  • No son elegidos para integrar equipos deportivos.

  • No son convocados para participar en obras de teatros u otras manifestaciones.

Nadie nace para vivir excluido, ni marginado, nadie es feliz en ese lugar. La dinámica entre conductas que excluyen y sujetos que se van autoexcluyendo constituyen un círculo vicioso que debe ser interrumpido y su desarrollo corregido.

La detección temprana de estas conductas; tantos las de los que excluyen como las de los que son excluidos son insumos muy valiosos para trabajar la convivencia en el aula como contenido educativo y formativo. Es parte del rol docente educar la mirada sobre estos indicadores.

La inclusión convertida en contenidos de trabajo en el aula deberá  abordar temas como:

  • Qué necesita cada alumno de sus compañeros que lo ayuden a aprender más y a pasarla mejor en la escuela.

  • Qué situaciones en el aula afectan la inclusión y qué acciones opuestas pueden ser pensadas e implementadas.

  • Qué implicancias tiene la existencia de alumnos o subgrupos que se perciben a algunos como superiores y a otros como inferiores.

  • Cómo diseñar un programa en el que haya un responsable que ante la ausencia a clases de un compañero lo llame y le entregue lo trabajado.