Muchos somos herederos, testigos, víctimas y a veces protagonistas de diferentes tipos de violencia. Algunas más visibles, otras más sutiles. Nuestros alumnos también. Algunas se denuncian, otras se ocultan. El miedo, la vergüenza, la desesperanza hacen que muchas de ellas se hayan naturalizado o se sufran sin poder compartirlas con nadie. A pesar de que no medien palabras, hay gestos, insinuaciones, indicios que nos permiten descubrir cuando un alumno está sufriendo.
Algunos tipos de violencia:
El primer paso es detectar que estamos frente a una situación de violencia. Luego se deberá decidir qué caminos tomar; respecto del niño o niña violentado/a, y de sus agresores. Cuando se arriban a situaciones graves de violencia, la complejidad de la situación exige que nos asesoremos y pongamos en marcha un sistema de protección a la víctima. Mientras tanto, dentro del aula, existen muchas medidas protectoras y de cuidado que ayudan a traer alivio.