Todo el mundo sabía quién era judío y quién no…
Eva nace en 1929 en Viena. Cuando Hitler invadió Austria, en 1938, Eva tenía nueve años y su familia decidió mudarse de país. Tras un paso por Bélgica, terminaron en Ámsterdam, Holanda, en la casa de al lado de la de Ana Frank. Allí Eva y Ana se hicieron amigas, compartieron juegos y sueños.
Así como sucedió para la familia Frank, la familia de Eva también decidió esconderse luego de que a Heinz, el hermano mayor de Eva, le llegara la citación para ser llevado a un campo de trabajo.
El hermano y el padre de Eva fueron asesinados en Auschwitz. Después de la guerra Eva y su madre se encuentran con Otto Frank, quien encontró en ellas la esperanza de recibir buenas noticias sobre su esposa e hijas, hasta que se enteró de lo que le había sucedido a su familia. Pocos años más tarde, Otto y Fritzy (madre de Eva) se casan. Fritzy y Otto estuvieron casados durante 27 años.
Así recuerda Eva sus tiempos en la escuela:
“En Viena estuve en una escuela primaria normal con unos 7 niños judíos. Todos los demás eran católicos. Teníamos que tener la educación religiosa.
Los niños judíos tenían una clase separada de religión. Eso estaba bien, a nadie le importaba. Sin embargo, tan pronto como los nazis ocuparon Austria, todo el mundo sabía quién era judío y quién no y éramos atacados y golpeados. En Ámsterdam no hubo ningún problema hasta la ocupación.
Alrededor de un año y 3 meses después de la ocupación, todos tuvimos que dejar nuestras escuelas e ir a escuelas judías especiales.
Yo era bastante inmadura, así que mis padres decidieron ponerme en un grupo de niños que tenían clases particulares con un profesor.
Nuestros amigos no judíos estaban muy tristes (al igual que nosotros) porque nos separaron. Y nosotros lo aceptábamos como una de las tantas cosas que hicieron para separarnos de la población cristiana local.”