Antes de ser enviados a los campos de concentración o de exterminio, los judíos fueron obligados a vivir juntos en ghettos; áreas cerradas donde los aislaban, forzándolos a vivir en condiciones miserables. Los ghettos aislaban a los judíos.
Muchos trataron de escaparse del ghetto, pero era casi imposible; las guardias armadas estaban apostadas fuera de las paredes y las cercas del ghetto. En más de una ocasión, los habitantes de los guetos se levantaron contra el ejército alemán. Aunque tales esfuerzos terminaron fracasando siempre, en ocasiones ayudaron a mucha gente a fugarse.
El levantamiento del ghetto de Varsovia a principios de 1943 inspiró levantamientos en otros ghettos y en los centros de exterminio. Aunque muchos miembros de la resistencia sabían que seguramente iban a perder contra la superioridad aplastante de las fuerzas alemanas, eligieron morir luchando.