La indignación causada por la invasión alemana y la irritación que provocaba lo publicado por la prensa aliada con el nazismo provocó en varios grupos de resistencia clandestina la necesidad de alertar a la población contra el Nacionalsocialismo y de realizar un llamado para a unirse para luchar contra las medidas dictadas por los nazis. En 1940, circulaban unos 62 periódicos clandestinos; un año más tarde, la cantidad llegó a 120. Algunos se imprimían de manera profesional, otros eran simplemente copias de esténcil. Por lo general, contenían traducciones de noticias sobre la guerra interceptadas por radios ocultas. Durante la ocupación de Holanda circularon en la clandestinidad unos 1.300 periódicos diferentes.
Radio clandestina camuflada dentro de dos libros desde donde se escuchaban las verdaderas noticias de la guerra.