Así cuenta:
Hacía aproximadamente una semana que estábamos en los Países Bajos y mi madre tenía que ir al almacén. Me llevó con ella y allí estaba la Sra. Frank con su hija Ana. Ninguna de las dos mujeres podía hablar holandés y comenzaron a hablarse en alemán. Yo creo que nosotras nos miramos simplemente una a la otra, no sé si nos hablamos, pero fue nuestro primer encuentro, la primera semana que estábamos en los Países Bajos.
Unos días más tarde mi madre me llevó al Jardín de infancia yo no hablaba el idioma, no conocía a nadie y me quería ir a casa. Entonces, vi a Ana de nuevo. Tenía en su mano un palito y hacía música tocando unas campanitas. En ese momento se dio la vuelta, me miró y corrió a mis brazos.
Hace alrededor de cinco años escuché o leí que ése había sido también su primer día. Ella no conocía a nadie y tampoco podía hablar el idioma, pero ella ya se había encontrado conmigo en el almacén.
Desde ese día en adelante fuimos amigas y a través de nosotras, también nuestros padres.