La obsesión de “depurar” y “mejorar” la llamada “raza aria” hizo que muchos grupos minoritarios dejaran de ser aceptados por la sociedad alemana. Los nazis transformaron en blanco de ataque y persecución a los siguientes grupos: judíos, políticos, criminales, emigrantes, testigos de Jehová, homosexuales, y “antisociales” (gitanos y también prostitutas y alcohólicos). De acuerdo con los nazis, no había lugar para estos grupos, ni para los discapacitados, en la sociedad alemana.
Todos ellos, expulsados de la sociedad, perseguidos, esterilizados y, en muchos casos, asesinados.