Todos tenemos derecho a vivir sin violencia.
Sobre esta premisa, una de las funciones de la educación es propiciar acciones que favorezcan la vida escolar sin violencia. El desarrollo de planes y proyectos, contenidos tiempos y espacios dedicados a la construcción de convivencia, son acciones de prevención de la violencia.
La violencia es una expresión de fracaso. Se recurre a ella cuando el sujeto no ha podido alcanzar lo que busca de otros modos: sea afecto, atención, reconocimiento o bienes materiales.
Reacciona en forma violenta aquél que cree que "no puede”.
La escuela es caja de resonancia de la sociedad en la que está inmersa, esto significa que en muchas ocasiones ingresan a la escuela situaciones de violencia generadas y construidas fuera de ella. Es un desafío ofrecer un espacio que brinde vínculos positivos y canales de comunicación para que cada uno pueda expresarse.