Una reflexión para los docentes antes de pensar estrategias para la construcción de convivencia:
Alguna vez experimentamos una brecha entre nuestro ímpetu y nuestra voluntad de producir estos aprendizajes y las realidades a veces violentas, mezquinas y competitivas con las que nos encontramos en el aula. Venimos con nuestras carpetas repletas de ideas, actividades e ilusiones y por momentos tratamos que los alumnos se escuchen, que no se delaten, que se respeten. Entonces le echamos la culpa a las familias, o a los mismos alumnos. Aunque nuestra vocación docente una y otra vez nos llama a volvernos a poner de pie e intentarlo de otros modos. Y aquí estamos, todos los que no dejamos de creer que algo importante podemos hacer y estamos haciendo.
Se nos impone pensar las convivencias en plural, desmitificando las ideas idílicas de una exclusiva convivencia entendida como unidad y armonía, dado que las prácticas de convivencia son diversas en tanto son múltiples los sujetos, contenidos, intenciones y expresiones acerca de ellas.
Tenemos el desafío de pensar y repensar las convivencias como construcciones. Sabiendo que quizás no lleguemos al objetivo trazado pero que en el camino habremos dejado huellas y les habremos devuelto la esperanza a tantos…